Actualmente Xochimilco cuenta con catorce pueblos, seis de ellos ubicados en la zona cerril, ocho en la zona chinampera y diecisiete en el centro de Xochimilco. Estas tres zonas: chinampera o lacustre, zona cerril o de montaña y área urbana, al mezclarse, conllevan a que el territorio sea una construcción social con diferentes temporalidades.

En la sesión dedicada a los pueblos y barrios de esta alcaldía, la Mtra. Araceli Peralta Flores, cronista de Xochimilco e investigadora de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH, participó en el seminario permanente Pueblos y barrios originarios de la Ciudad de México el pasado 25 de septiembre, realizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM.

De acuerdo con hallazgos arqueológicos, Xochimilco cuenta con presencia humana desde hace más de dos mil años. En el siglo X, Xochimilco extendió su domino hacia el oriente de Morelos, Puebla y del Estado de México. Las expediciones arqueológicas, cuyo objetivo ha sido rescatar las chinampas fósiles, han permitido ubicar algunas en los ejidos de Xochimilco y otras localizadas en San Luis Tlaxialtemalco.

La construcción de chinampas se realizó desde el periodo Formativo hasta 1910 cuando inició la Revolución Mexicana, y con ella se suspendieron actividades en diversos pueblos; en 1911 se construyó el acueducto que llevaba agua a la Ciudad de México y con ello comenzó el colapso de la zona lacustre.

La zona cerril y de montaña es otra área en donde los asentamientos humanos se han localizado desde antes de Cristo, por ejemplo, en Santa Cruz Acalpixca se ha encontrado evidencia de actividad humana prematura. Por otro lado, Teresa Cabrero tiene hallazgos de sitios arqueológicos ubicados entre Topilejo, San Francisco Tlalnepantla, San Mateo Xalapa y Santiago Tepalcatlapan.

Sin embargo, hay espacios que no han sido explorados, como el caso de Piedra Larga ubicado entre las alcaldías Xochimilco y Milpa Alta, en cuyo lugar se encuentran diversas terrazas, unidades habitacionales y campo de cultivo distribuidos en cuatro kilómetros, y que se cree fue habitado por mexicas. Cabe destacar que estos sitios arqueológicos se vinculan con los petrograbados ubicados en el cerro, realizados en honor a los dioses.

La población xochimilca era muy diversa, lo que explica las similitudes y diferencias encontradas en los habitantes de sus pueblos y barrios. Dichas diferencias y similitudes se empiezan a enmarcar desde el Posclásico tardío, donde las evidencias encontradas muestran que Xochimilco fue un grupo conformado por varias etnias, ente ellas xochimilcas, tepenecas, culhuas, otomíes, chalcas, tlahuicas y mexicas.

Con la Conquista de los españoles (1519-1521) comienzan varias transformaciones, una de las más notorias es la religiosa, que se manifestó con el bautizo de los caciques. Sin embargo, la resistencia de la población se puede observar en algunas actividades que se llevan a cabo en la actualidad, como la tradición de subir la cruz al cerro de Xochitepec.

Por otra parte, los pueblos de Xochimilco se reconfiguraron territorialmente en el siglo XVI-XVII, primeramente, congregando a los indios, otorgando títulos primordiales de fundación a los pueblos y con una nueva traza urbana. Además, la iglesia en honor al santo patrono asignado se ubica al centro del pueblo; esta última característica es un rasgo principal de los pueblos originarios.

Xochimilco es un pueblo que ha sufrido diversos cambios, en 1970 se realizó un cambio de imagen urbana que implicó en algunos casos destruir las casas de piedra para reconstruirlas con nuevos materiales.

Finalmente, Araceli Peralta resaltó la inmensa presión urbana que se tiene sobre la zona chinampera, y la identidad que los pueblos y barrios tienen fundamentada en sus tradiciones y costumbres; aunque las festividades sean las mismas, cada pueblo tiene un modo diferente de llevar a cabo su ciclo ritual.

Relatora: Luz Adriana Ruiz Trejo, alumna de la Maestría en Planeación Espacial del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial. Colaboradora del proyecto “Pueblos y Barrios originarios: Historia Viva en la Ciudad de México”.