Es posible buscar vestigios arqueológicos bajo el pavimento urbano sin excavarlo.
Se trata de investigación interdisciplinaria que combina técnicas geofísicas con estudios antropológicos, para hallazgos que sirven para preservar y conservar el patrimonio en las ciudades.
La Ciudad de México, con un pasado prehispánico, tiene bajo el pavimento, calles y estructuras, una gran cantidad de restos arqueológicos, muchos de ellos invisibles, y que en la actualidad resulta imposible excavar por el crecimiento urbano; sin embargo, es posible descubrirlos mediante técnicas geofísicas no invasivas, de las cuales, investigadores de la UNAM son pineros.
En la sesión del seminario permanente Centros Históricos de la Ciudad de México, organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, el Dr. Luis Barba Pingarrón, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la máxima casa de estudios, quien encabezó estos trabajos, expuso la técnica utilizada para buscar los restos arqueológicos bajo el pavimento en Coyoacán y Churubusco.
Durante la sesión del seminario llevada a cabo el 24 de abril en la Casa de las Humanidades, el especialista expuso que el proyecto fue realizado en el año 2000 con apoyo del Conacyt. En México fueron pioneros en el uso de esta metodología no invasiva que reúne información de tres campos distintos para detectar estructuras bajo el pavimento. Invitaron al proyecto a investigadores de la Universidad de La Sorbona y el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNIC) de Francia, para que con un equipo de resistividad electrostática usado en Alejandría, Egipto, se sumaran al estudio para reconocer lo que algunos especialistas llaman “patrimonio invisible” y conjuntaron esta técnica con el radar de penetración y el levantamiento tipográfico.
El Dr. Luis Barba explicó que la metodología es de “extraordinaria utilidad” y consiste en ubicar dónde se perciben elevaciones en las calles. Proceden entonces a obtener datos de resistividad eléctrica de la zona, cuya medición indica los sitios donde puede haber restos; la técnica del radar de penetración emite ondas electromagnéticas que atraviesan el terreno y rebotan en los sitios donde cambia de propiedades. Si hay coincidencia entre las mediciones del radar, la parte eléctrica y la elevación, constatan que hay una alta probabilidad de que existan restos arqueológicos. Casi todos los hallazgos corresponden a la etapa del contacto entre aztecas y españoles, así como de los siglos XV y XVI principalmente, porque los instrumentos utilizados solo alcanzan alrededor de 10 metros de profundidad.
Subrayó que Coyoacán era uno de los lugares más favorables para estudiarse pues existen muchos documentos que señalan el punto en esta zona donde Hernán Cortés llegó, construyó y vivió después de la Conquista. A un costado de la Casa de la Malinche, hay una elevación de casi 2 metros que con el análisis y los equipos geofísicos constata la existencia de una estructura debajo. Asimismo, realizaron estudios en Churubusco, donde encontraron también bajo el pavimento áreas con restos arqueológicos.
El Dr. Gerardo Hernández Medina, de la Facultad de Ciencias, comentó que después de conocer el trabajo del Dr. Barba, la Ciudad de México y Coyoacán nunca se vuelven a mirar igual. La técnica utilizada es un avance importante para descubrir qué hay debajo de la tierra sin necesidad de excavar. “Son métodos que abren otro mundo por conocer y complementan estudios históricos y arqueológicos para ayudar a decidir dónde sí cavar y dónde puede haber vestigios”.
El coordinador del seminario, Mtro. Álvaro Paipilla, del PUEC UNAM, destacó que los trabajos del investigador Barba Pingarrón, son un ejemplo de la evolución de las tecnologías y los instrumentos para la preservación y conservación del patrimonio, desde la cartografía histórica, hasta estas herramientas de alta tecnología que apuntan en convertirse en referencia para la intervención del patrimonio.