Las urbes de América Latina son las más desiguales del planeta y la Ciudad de México no es la excepción, a pesar de ser una de las diez ciudades más grandes del mundo -con cerca de 9 millones de habitantes- y núcleo político, económico, cultural y social del país, más de la mitad de su población (53 por ciento) vive con algún grado de pobreza y 1.7 millones de capitalinos sufre pobreza extrema.
Así lo confirmaron la directora del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social, EVALÚA Ciudad de México, Dra. Araceli Damián y la directora de Investigación y Estudios Sociales, también de EVALÚA, Dra. Ma. Jesús Pérez García, al presentar en el Conversatorio “Ciudad, Ciudad, Ciudad”, que organiza el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, los datos más relevantes de “Ciudad de México 2020. Un diagnóstico de la desigualdad socio territorial”.
El diagnóstico revela las graves y profundas desigualdades en la capital mexicana que se expresan en el territorio, asociándolas con el grupo de población, la posición de ingreso y las diferencias entre alcaldías. De esta manera, presenta las principales problemáticas relacionadas a las dimensiones del bienestar: población y territorio; ordenamiento, estructura urbana y habitabilidad; actividades productivas; pobreza y desigualdad; salud; educación e, inseguridad y violencia públicas.
Si bien, las alcaldías con las mejores condiciones de vida y donde residen principalmente los sectores de estrato alto son Miguel Hidalgo y Benito Juárez; en el extremo se encuentra Milpa Alta, con las mayores carencias y donde habitan las personas de estrato muy bajo, de acuerdo con una categorización en seis estratos.
Asimismo, hay sectores de la población que son más vulnerables, tal es el caso de los habitantes de origen indígena que ascienden a cerca de un millón y de los cuales 8 de cada 10 sufren pobreza. También los niños son quienes mayores carencias sobrellevan: 7 de cada 10 menores de 17 años viven en pobreza y 3 de cada 10 en pobreza extrema; frente a 3 de cada 10 adultos mayores en esta circunstancia.
Además, 6 de cada 10 personas con alguna discapacidad mental viven en pobreza y la mitad de la población que tiene otro tipo de discapacidad la padece. Igualmente, las condiciones de mayor precariedad las enfrentan las 6 mil 700 personas en situación de calle.
Al medir las Necesidades Básicas Insatisfechas resalta la vivienda, indicador donde se hallan las peores condiciones debido a la mala calidad de los materiales y al hacinamiento. De las viviendas de la capital, 3 de cada 10 tienen pisos precarios y 6 de cada 10, techos precarios; estas se localizan principalmente en Milpa Alta, seguidas de Xochimilco, Magdalena Conteras y Tláhuac. Encima de las malas condiciones de sus casas, 3 de cada 10 habitantes de las alcaldías señaladas, deben dedicar más de 2 horas diarias para ir a trabajar y regresar a sus hogares.
El acceso al agua es un problema especialmente grave y en aumento en los últimos años en la capital del país. Este resulta oneroso para los hogares con menor ingreso, tanto en recursos monetarios como en tiempo: entre más pobre, más necesidad de una pipa o acarreo. Mientras que los ciudadanos de estrato alto no carecen del vital líquido en sus hogares, apenas 6 de cada 10 personas en condición de pobreza muy alta gozan de agua en sus viviendas.
En Milpa Alta, 44 por ciento de los hogares y en Xochimilco, 30 por ciento, no tienen agua entubada en su interior. En la metrópoli enfrentan esta falta alrededor de 11 por ciento de las viviendas y además, 17 por ciento no tiene agua corriente en el excusado. Las alcaldías de Tlalpan, Gustavo A Madero e Iztapalapa son las que más experimentan la escasez de drenaje y de servicio sanitario.
Otras cifras que delatan la marcada desigualdad son los servicios de salud y un caso revelador es Cuajimalpa, que se ha convertido en la demarcación más desigual: mientras que la cuarta parte de su población tiene seguro privado, cerca del 38 por ciento no cuenta con cobertura o solo dispone de Seguro Popular.
También 8 de cada 10 capitalinos en pobreza extrema no poseen seguridad social y la tienen únicamente la mitad de quienes se encuentran en pobreza moderada. Conviene destacar que la mitad de los habitantes de Milpa Alta o Tláhuac no tienen cobertura o cuentan con Seguro Popular, en cambio, sólo la cuarta parte de los residentes de las alcaldías de Benito Juárez y de Miguel Hidalgo están en esta situación.
Ahora bien, cuando las personas concluyeron la preparatoria o iniciaron una carrera universitaria o técnica, disminuye sustancialmente la pobreza, y se reduce aún más cuando han obtenido estudios de educación superior. Por consiguiente, 74 por ciento de capitalinos con primaria incompleta o sin escolaridad se encuentra en situación de pobreza, sólo lo está el 44 por ciento con estudios de preparatoria, carrera técnica o superior incompleta y, cerca del 9 por ciento que tiene estudios superiores o más.
En Benito Juárez más de 6 de cada 10 habitantes tienen educación superior o de un grado mayor, en cambio, en Milpa Alta solo 1.4 de cada 10 pobladores; por ende, 6 de 10 residentes de esta alcaldía apenas tienen educación básica y 4 ninguna enseñanza. En el caso de Cuajimalpa la disparidad en educación se representa con 40 por ciento con estudios superiores frente a 41 por ciento sin educación o únicamente con primaria.
El crecimiento urbano se relaciona con la ordenación del territorio y la forma en la que se ocupa el espacio urbano. Por tanto, la existencia de asentamientos irregulares que implica la ocupación de terrenos sin la infraestructura necesaria genera y perpetúa también condiciones de desigualdad. Por ello, llama la atención que la superficie ocupada por asentamientos irregulares en la capital haya incrementado 89 por ciento entre el 2000 y el 2015. Incluso Álvaro Obregón alcanza un crecimiento de casi 332 por ciento y Tláhuac de 252 por ciento.
Para ilustrar que las condiciones urbanas del entorno también son heterogéneas, hay que subrayar que 3 de cada 10 manzanas de la urbe no tienen alumbrado público en todas sus vialidades; apenas poco más de la mitad cuenta con banquetas en todas sus calles y solo 48 por ciento tiene árboles. Hay que hacer notar que en Milpa Alta únicamente el 5 por ciento de las manzanas tienen banquetas en todas sus calles y en Xochimilco menos de un tercio de las manzanas cuentan con alumbrado público.
Por otra parte, existen notables diferencias en la ciudad en el promedio de vehículos por cada mil habitantes: en Miguel Hidalgo y Benito Juárez el promedio es de 1273 y 1069 respectivamente; en Tláhuac es de 303 y en Milpa Alta e Iztapalapa es de 355 vehículos. El promedio en la capital es de 562.
En el tema de inseguridad y violencia sobresale el crecimiento de 56 por ciento en la tasa de incidencia delictiva entre 2010 y 2017, registrando más de 68 mil delitos por cada 100 mil habitantes; en particular es preocupante el incremento del 40 por ciento en la tasa de prevalencia delictiva contra las mujeres.
De igual manera, las denuncias por delitos del fuero común se elevaron 43 por ciento entre 2015 y 2019, lo que significa que pasaron de 169 mil a cerca de 243 mil delitos; llama la atención el incremento de 266 por ciento de robo a pasajeros y de 198 por ciento en los delitos sexuales.